Si antes de ir me hubieran dicho que esta sería una de las
zonas más hermosas del mundo lo hubiera creído a medias. No por algo es el
destino de casi todas las estrellas francesas y europeas durante el verano. Es una
de las pocas regiones de Francia que nunca baja de 0°C, y aún en el invierno es posible encontrar días soleados con 20°C. Lo sé por experiencia propia; por cuatro
días manejamos desde Mentón hasta Cassis siguiendo el hermoso recorrido de la
ruta D559.
Comenzamos un lunes
de febrero en Aix-en-Provence. No pasaban las 10 de la mañana y ya estábamos en
el grifo llenando de gasolina el auto. Teníamos marcada la ruta hasta llegar a Niza,
además gracias a BlaBla Car viajaban con nosotros dos marroquíes. Tomamos la autopista,
pagamos cerca de 14 euros de peaje y en menos de 2 horas nos encontramos en las
playas de Niza. No hacía frío pero corría viento, aún así había gente bañándose
en el mar (¡en febrero!). Dejamos a los entretenidos compañeros de viaje y
seguimos la ruta D6098 o Route du Bord de
Mer hasta Mentón, pasando por Mónaco.
A la primera pasada,
Mónaco me pareció un pequeño Hong Kong; con poco espacio pero con gran cantidad
de edificios. Por otro lado los colores – típicos de la Provenza – de Mentón
adornaban las calles frente a la playa, era la Fête du Citron. Luego de recorrer la pequeña ciudad nos sentamos
frente al mar a saborear unos ñoquis al gorgonzola, comprados en un típico bar à pâtes.
Eran alrededor las
cuatro de la tarde cuando nos parqueamos (luego de varios intentos) en Mónaco. Pensaba
que a esa hora la luz iba a ser perfecta para fotografiar el pequeño
principado, pero no contaba con las montañas del este. Así que nos toco caminar
por Mónaco bajo la sombra. No encontramos muchos lugares para caminar y nos dio
la impresión que la ciudad estaba más pensada para los autos que para las
personas. Así que luego de pasar por el casino y el Rolex Masters empezamos el
retorno a Niza. Íbamos a seguir de largo hasta Antibes, donde pasaríamos la
noche. Luego de una comida asiática dimos por terminado el primer día por la
Cote d’Azur.
Cannes estaba en la
mira el siguiente día. La meteo indicaba
buen clima por la mañana así que llegamos temprano, cuadramos y desayunamos en
el Bulevar de la Croisette, frente al mar y al costado del Palais des Festivals. El centro de información al turista nos
recomendó caminar por la vieja Cannes y llegar hasta la iglesia de Notre Dame,
desde aquí hay una bonita vista del puerto viejo de la ciudad.
Luego de recorrer a
pie un poco más de Cannes volvimos al auto y nos dirigimos a la ciudad de los
perfumes: Grasse. Sentada sobre una colina, esta pequeña ciudad tiene muy pocas
calles sin inclinación. Es o muy bueno o muy malo para los peatones, depende
del espíritu deportista. En nuestro caso, no hubo mucha necesidad de movernos a
pie porque cuadramos muy cerca del centro y nos dirigimos al museo de la
perfumería, el cual tiene una visita guiada y gratuita cada 30 minutos.
Visitamos un poco más las calles antiguas y vistosas de Grasse, compramos jabones
perfumados y volvimos al hotel.
El tercer día fue mi
favorito, no sólo por el buen clima y los lugares que visitamos, pero sobre
todo por las vistas y porque disfruto mucho de recorrer rutas como la D559.
Algún día volveré en primavera y en bicicleta.
Salimos del hotel
temprano y luego de un contundente desayuno en Carrefour, manejamos lento y
pausado por la Riviera Francesa. Desde Cannes hasta Carqueiranne, cerca a
Hyeres. Pasamos por lugares como Saint Raphael, Frejus, Sainte Maxime y Saint
Tropez, sin contar los innumerables pueblillos que adornan esta hermosa zona
del mundo. Paramos unas decenas de veces a tomar fotos y a descansar sobre la
playa, probamos la tarte tropezienne y
llegamos a la campiña de Carqueiranne muy entrada la noche. Gracias a Airbnb
teníamos un cuarto privado con vistas al bosque y con absoluto silencio,
excelente para descansar de un día en el auto.
El último día teníamos
planeado visitar en bicicleta la Isla de Porquerolles, pero el viento y lo caro
que es nos obligaron a pensarlo una segunda vez. Así que nos dirigimos a
Cassis, donde empiezan Les Calanques. Aquí
gracias a la suerte encontramos la Route
des Cretes, las mejores vistas que tuve en todo Europa. Las fotos y videos
darán testimonio.
Y así terminaron los
cuatro días por Cote d’Azur. Acá les dejó mis recomendaciones personales.
Lo que tienes que hacer
- Creo que lo que más recomendaría es recorrer la ruta D559 desde Cannes hasta Cassis. Es la parte más bonita de la Riviera Francesa. Sin embargo hay una pequeña pista que encontramos por casualidad, donde muchos ciclistas van a prepararse para el Tour de France, del nombre no estoy muy seguro pero me parece que en Google Maps esta como Route de Roquefort cerca a la D8N. También es muy bonita, casi no hay autos y pasas por bosques y pueblos típicos franceses.
- Mentón. No solo por los colores y la playa, sino también por la comida. Como está justo en la frontera con Italia las pastas están en su punto, y como estas en Francia los quesos son los mejores. Recomendación personal: Ñoquis al gorgonzola.
- La Route des Cretes, para tener la mejor vista de Cassis.
- Grasse. Esta pequeña ciudad al norte de Cannes permite alejarse de la bulla y de toda las rutas turísticas de la Cote d’Azur y conocer un poco más sobre la vida de los franceses fuera de Niza y Cannes.
Finalmente no puedo
recomendar el tour en bicicleta de la Isla de Porquerolles porque no lo hice,
pero creo que si es verano o primavera puedes obviar los altos costos del lugar
y recorrer otras rutas; hay decenas para
escoger.